El Edge Computing es una de las tecnologías que definirá y revolucionará la manera en la que humanos y dispositivos se conectan a Internet. Afectará a industrias y sectores como el de la movilidad, los videojuegos, la inteligencia artificial o el machine learning. Por lo tanto, se podría decir que el Edge Computing consiste en acercar el poder de procesamiento lo más cerca posible de donde los datos están siendo generados; es decir, consiste en acercar «la nube» al usuario en cuestión.
El Edge Computing incluye la capacidad para agregar y analizar datos masivos, algo que permite tomar decisiones casi en tiempo real. Además, el Edge Computing reduce de forma considerable el riesgo de exponer los datos confidenciales, ya que mantiene toda esa potencia informática en un lugar cercano, permitiendo que las empresas controlen mejor la proliferación de la información, como los secretos comerciales del sector, o que cumplan con las políticas normativas, como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR).
¿Qué grandes ventajas ofrece?
El Edge Computing, ofrece multitud de ventajas que, a su vez, implican más beneficios concretos. Reducir latencias, consumir menos ancho de banda y acceder de forma inmediata al análisis y evaluación del estado de todos los sensores y dispositivos, son algunas de ellas.
Además, satisface las nuevas necesidades de almacenaje y seguridad, ya que, a medida que crece el número de sensores remotos y móviles que generan datos, también aumenta la necesidad de almacenaje eficiente que debe ser garantizada en una gran variedad de entornos.
Otra ventaja gran es la seguridad. Cuantos menos datos hay en un entorno «cloud», menos vulnerable es ese entorno si alguna vez se ve comprometido. Edge Computing cuida de la forma adecuada de los datos y se recomienda usar cuando se necesita, sobre todo, velocidad y baja latencia en las transferencias de datos. No obstante, la nube seguirá siendo protagonista para analizar y tratar grandes cantidades de datos que requieren una potencia de cálculo mayor.
Para los usuarios finales, esto significa una experiencia del usuario más rápida y uniforme. Para las empresas y los proveedores de servicios, se traduce en aplicaciones de baja latencia y alta disponibilidad con supervisión en tiempo real.