Hoy en día, las organizaciones buscan las técnicas más innovadoras para mejorar la productividad de sus trabajadores y también, procurar que el ambiente de trabajo sea bueno y proclive. En este sentido, se está empezando a trabajar con el color, a través de sus teorías, para mantener un ambiente de trabajo óptimo.
La gama de colores es prácticamente infinita y cada una de ellas puede influir en la forma de trabajar, haciendo la jornada más fructífera, creativa o relajada. La forma en que vemos los colores, cómo nos sentimos respecto a ellos y cómo nos hacen actuar, depende de la situación y el lugar y está moldeada por nuestra personalidad y estado mental.
¿Cómo combinar los colores de forma efectiva en el trabajo?
A la hora de mezclar colores para un espacio de trabajo es muy importante conocer el equilibrio que producen los colores. Además es importante tener en cuenta las preferencias de los empleados y evitar aquellos colores que pueden provocar sensaciones negativas por temas personales.
En muchas organizaciones creen que es adecuado incitar a los empleados decorar sus propios espacios de trabajo. Esto es una tendencia cada vez más en auge en espacios abiertos y amplios con posibilidades de personalización. La intuición es una de las grandes columnas que sostienen la Psicología del color (puedes consultar nuestro artículo en referencia a la Psicologia del color ).
Nuestra reacción a cualquier color es instintiva y es producto de causas biológicas, psicológicas y culturales, por lo que siempre debemos priorizar las tonalidades que más armonizan entre sí, en detrimento de los colores agresivos o las combinaciones monótonas.
¿Qué colores son los ideales?
Existen, sobre todo, dos tipos de sensaciones a la hora de elegir colores: los estimulantes y relajantes. Las tonalidades estimulantes serían la gama cálida de rojos, anaranjados y amarillos. Los segundos son de una gama fría, correspondientes a los azules y verdes. Entre los colores medios se puede encontrar el violeta.
La incorporación de color verde, azul y amarillo produce efectos beneficiosos sobre la creatividad. Al contrario, las organizaciones que tienen el gris como color predominante están asociadas con niveles bajos de creatividad. Las oficinas que incorporan acentos verdes, azules y marrones indican más felicidad, productividad y creatividad de los empleados, en comparación con muros blancos. No siempre esto tiene que ser así para todos los empleados, los colores particulares asociados con estos resultados pueden presentar diferencias culturales entre los países.