Desde hace muchos siglos, el término «ontología» se ha usado principalmente en el ámbito de la filosofía y el conocimiento, aunque hace ya varias décadas que cobró especial relevancia en el campo de la biblioteconomía y la documentación. Sin embargo, actualmente ha sufrido un nuevo cambio debido al desarrollo de la «Web Semántica» donde prima la idea de transformar la red en un espacio de conocimiento; es decir, se trata de convertir toda la información que aportan los datos en conocimiento.
Si decimos que los metadatos sirven para la estructuración de la información, diremos que las ontologías hacen posible una semántica para construirlos. Dicho esto, una ontología es una especificación de una conceptualización que define los términos y las relaciones básicas para la comprensión de un área de conocimiento; es decir, es la definición formal de los tipos, propiedades y relaciones entre entidades que existen para un dominio de discurso particular.
Normalmente, se crean ontologías para limitar la complejidad y para organizar la información de tal forma que puede ser aplicada para resolver problemas de diferentes índoles.
¿Qué beneficios se obtienen del uso de las ontologías?
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