El primer autobús sin conductor que funcionará en Europa en un entorno real y de interacción con elementos de la vida urbana, empezó a funcionar a finales de febrero en Málaga con un trayecto que conectará el puerto marítimo con el centro de la ciudad durante un mes en periodo de prueba.
Avanzar en la automatización del transporte colectivo y tener un diagnóstico sobre diversos aspectos del proyecto son los objetivos de AutoMost que es la promotora de este proyecto de Innovación y Desarrollo (I+D) que ha recibido una financiación de aproximadamente 9 millones de euros para llevarlo a cabo.
Los aspectos técnicos de los transportes autónomos parecen, a priori y dada la tremenda fuerza disruptiva de las nuevas tecnologías, los más fáciles de solventar. Para que sea una realidad más habitual, la necesidad de crear un entorno físico y digital adecuado para que los vehículos autónomos puedan circular de manera segura y eficiente, preocupan no solo a los expertos , sino a la sociedad en general. Es por ello que gracias a estas primeras incursiones en entornos reales, permitirán resolver todas las dudas y ayudarán a precisar más esta tecnología para que su utilización sea segura y responsable.
Todos los actores sociales, pero sobre todo los poderes públicos, han de formar una estrategia para dar respuesta a los nuevos escenarios planteados por los vehículos autónomos. La clave no está solo en perseguir un mayor desarrollo tecnológico, sino en integrar consideraciones éticas, legales, regulatorias, conductuales e, incluso, culturales; para al final lograr una mejora en el transporte y, por ende, en la calidad de vida de los ciudadanos.
Esta iniciativa se encuentra en una fase de investigación, testeo y aprendizaje, cuyo resultado se recogerá en un informe para el desarrollo de aplicaciones de conducción autónoma, por lo que no está pensado para un uso comercial inmediato. Pero, sin duda, es el futuro más cercano. La conducción autónoma ha llegado para quedarse.