Hoy en día, existen infinidad de opciones a la hora de hacer ejercicio. Contamos con gimnasios, piscinas, parques, centros deportivos de ayuntamientos, asociaciones que planifican actividades deportivas, escapadas a la montaña, etc. Además, que sepas que tener un tratamiento renal sustitutivo no es un factor limitante para practicar actividades físicas en diferentes entornos.
¿Qué ejercicios mejoran la calidad de vida de personas con enfermedades renales crónicas?
– Caminar al menos 30 minutos al día de forma moderada. Puedes hacerlo de forma continua o fraccionada en bloques de 10 minutos, dependerá de tu forma física inicial.
– Montar en bicicleta también es una gran opción. Si tienes exceso de peso y quieres comenzar un programa de ejercicio, la bicicleta es una alternativa ideal, ya que previene de lesiones articulares en tobillo, rodillas y caderas, al no tener que soportar todo tu peso corporal.
– Pilates, Yoga o Tai Chi son modalidades de trabajo físico que ayudan a mantener una postura corporal correcta y a incrementar los rangos de movimiento articular de forma controlada. Tienen un componente de trabajo de fuerza muscular importante en las piernas y la zona abdominal.
– Por otro lado, el medio acuático nos ofrece alternativas interesantes para mejorar nuestra condición física. Actualmente, en la mayoría de los centros deportivos se imparten clases colectivas en la piscina que no requieren del manejo de la técnica de natación ya que se realizan de pie en una piscina poco profunda. Estas actividades son: AQUAEROBIC, GIMNASIA ACUÁTICA, AQUA FITNESS, AQUA VITAL, etc.
La importancia de los ejercicios de fuerza
El tono muscular se consigue a través de ejercicios de fuerza. Existen infinidad de alternativas para este tipo de trabajo, aunque el entrenamiento con pesas y mancuernas es el más conocido.
Si se padece una insuficiencia renal, nuestra masa muscular se reducirá considerablemente ya que la ingesta de proteínas y la ingesta de agua es limitada. No obstante, se pueden conseguir grandes mejoras a nivel musculoesquelético manteniendo un tono muscular adecuado con ejercicios de peso libre, autocargas o trabajo con el propio peso corporal, clases colectivas de tonificación, etc.
La flexibilidad, ese gran desconocido…
Hoy en día, existe un tipo de trabajo muy beneficioso para la salud pero muy poco desarrollado y conocido en la población general: el trabajo de flexibilidad.
Los pacientes con enfermedad renal deben hacer ejercicios de estiramiento para mantener una movilidad adecuada y un rango de movimiento que permita desempeñar tareas cotidianas de manera independiente como atarse los cordones de las zapatillas o colgar una percha en el armario.
Además, a medida que la enfermedad se desarrolla, los músculos pierden su capacidad elástica y se vuelven menos funcionales, pero los ejercicios de flexibilidad y estiramiento hacen mejorar esa capacidad elástica incluso en edades avanzadas.
En definitiva, hacer ejercicio incluye una gran variedad de actividades diferentes por lo que difícilmente no encontremos una actividad acorde a nuestro estilo de vida y que nos haga sentir bien. Encontrar esa actividad que nos motive a ser más dinámicos y a estar más saludables tendrá como recompensa mejorar la forma física, una mejor capacidad para realizar actividades de la vida cotidiana con vigor, sin fatiga y con la energía suficiente para disfrutar de las actividades de nuestro tiempo libre.
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