Seguramente más de una vez te has encontrado con las siglas C.P.I. que corresponden al acrónimo de Compra Pública Innovadora. Este concepto hace referencia al proceso de usar la contratación como política pública de fomento de la innovación.
Con esta iniciativa, la Administración Pública pretende representar un papel de liderazgo respecto a la innovación, algo muy importante ya que a través de la mejora de los servicios públicos, la orientación a la ciudadanía y a las empresas, la innovación será más accesible que nunca para cualquier organización.
La administración propone dos especialidades principales: la Compra Pública Precomercial (CPP) y la Compra Pública de Tecnología Innovadora (CPTI).
¿Cuáles son las diferencias entre CPP y CPTI?
La primera hace referencia a una contratación de servicios de I+D en la que el comprador público comparte con las empresas los riesgos y beneficios. Mientras que la CPTI, que es la más utilizada, hace referencia a la compra por parte de la administración pública de un bien o servicio que aún no existe ni se comercializa pero que puede desarrollarse en un período de tiempo determinado.
Que la Administración Pública promueva esta nueva estrategia de innovación se traduce en un apoyo más eficaz y efectivo a las empresas, sobre todo Pymes, y en una internacionalización y promoción mayor de los procesos de innovación actuales. Además, ya que tanto la Administración Pública como privada persiguen objetivos comunes, la colaboración que ya existía entre ambos mejorará considerablemente.
En definitiva, el objetivo del surgimiento y auge de esta estrategia de innovación no es otro que el de promover y financiar a las organizaciones para que realicen productos innovadores sin miedo a no tener la inversión necesaria. Esto se traduce en mantener una estabilidad y un plan para las organizaciones que, con el dinero recibido, les permitan realizar estrategias de innovación a corto y medio plazo sin verse vulnerables.
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