En la época del covid las organizaciones de todos los países han girado su vista hacia la innovación. Pero esta estrategia no solo ha sido relevante para la investigación sanitaria, sino también para poner al día las tecnologías en las empresas que quieran recuperar su actividad y competir en la sociedad actual.
La situación de la innovación en España sufre tres grandes dificultades: su poca relevancia en comparación a otras estrategias, la baja implicación del sector empresarial en su ejecución y financiación y la falta de colaboración entre las diferentes instituciones, tanto privadas como públicas. Uno de los retos de España tras la crisis del covid es aumentar la importancia de I+D dentro del tejido empresarial.
Situación del I+D+i en España
En España el peso de la inversión privada en I+D representa el 56,5% del total, una cifra muy inferior a la media europea (66,4%) y a la de otros países de referencia, como EEUU (73,1%) o China (77,6%). Es por ello que es necesario una mayor inversión privada (y pública) para alcanzar los datos de los países más avanzados en este sentido.
Los expertos añaden que en el caso de España el peso de la inversión en I+D sobre el PIB es en España del 1,2% frente al 2,2% que supone la media de la UE-27 y muy por debajo de potencias como Estados Unidos (2,8%) o Japón (3,2%). Lo que no deja al país en una óptima posición en comparación a los países más desarrollados.